El césped natural es un recurso de jardinería muy atractivo, pero en un país como el nuestro, donde no abundan precisamente las lluvias, es realmente un elemento paisajístico totalmente desaconsejado por antiecológico, debido a la cantidad de agua que requiere, sobre todo en verano. Su mantenimiento en esta época del año es muy pesado, con frecuentes podas cada dos o tres días, y precisa un buen abonado, además de otras tareas. Luego llega el invierno y nos tira abajo gran parte del trabajo realizado durante la primavera, verano y otoño.
Sin embargo, el césped artificial presenta numerosas ventajas. No requiere apenas mantenimiento, es medianamente fácil y sobre todo rápido de instalar, su precio es relativamente barato (comparativamente) y la gran ventaja es que no consume agua. Hoy en día podemos encontrar césped artificial muy parecido al real, con gran variedad para elegir y con un gran abanico de precios.
Instalando césped artificial conseguimos además mantener en cierta medida el ciclo del agua en la naturaleza, ya que cuando llueva, ésta se seguirá filtrando por el terreno, conservando el flujo natural hacia los acuíferos bajo tierra. Bastante cemento tenemos ya en las nuevas ciudades impidiendo y limitando cada vez más este flujo natural que lleva produciéndose durante eras ...
El césped artificial es, a pesar de su huella ecológica o impacto ambiental, mucho más ecológico y sostenible que el natural, y en este artículo veremos como cubrir una superficie de un patio, indicando algunos trucos y soluciones encontradas a lo largo del proceso de instalación.
En primer lugar, hay que preparar el terreno. Sobre todo es muy importante una buena nivelación. Si el terreno está asentado de hace bastante tiempo, como ocurre en mi caso (en el que además hablamos de terreno muy arcilloso que queda como una piedra una vez seco), añadiremos una capa de arena que facilitará la operación, rellenando pequeños huecos. Yo me ayudé primero clavando unas estaquillas y con una cuerda y nivel, rastrillé el terreno hasta allanar la zona principal.
Tras transportar unos 1500 Kg de arena (100 sacos de 15 Kg), la fuí distribuyendo por toda la zona donde se instalaría el césped, que es un cuadrado de unos 5x8 m (40 m2), de tal manera que tuviese una ligera pendiente para que el agua deslice sin problemas en caso de caída torrencial. Me ayudé de unas barras de metal recicladas de una antigua cama, a modo de reglas. El nivel y algún que otro tarugo de madera hicieron el resto. Como se puede observar, hay una zona de escalera, en la que la
pendiente hasta ella es mayor, ganando (perdiendo estaría mejor dicho) un escalón y mejorando de esta forma un poco la accesibilidad.
Se disponen las reglas paralelamente insertándolas en la arena, se mide con el nivel de manera que tengan un poquito de pendiente y luego apoyando el listón de madera sobre las mismas nos vamos "trayendo" la arena sobrante. En la siguiente foto se pueden ver las marcas dejadas por las reglas y todo allanado.
A continuación, aprovechando las inserciones creadas al quitar las reglas, se realizaron unas acanaladuras que rellené con grava, y que facilitarán la evacuación de agua en caso de mucha caída de lluvia.
El siguiente paso es la colocación de malla antihierbas Ojo, no confundir con geotextil). Se vende en rollos que deberemos desplegar, solapando unos 10cm entre uno y otro. En las siguientes fotos se ve como está sujeta con unas cuantas piedras que tengo por el patio. Posteriormente, compré un rollo de alambre de 2,5 mm de diámetro (25 metros) y confeccioné unas "U" de unos 12 cm de lado con las que lo clavé al terreno. Sale mucho más barato así que comprar los paquetes con U's preconfeccionadas.
Ahora tocaba decidir qué césped pondríamos y traerlo...
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